lunes, febrero 23, 2009

Imperfecto dios.

Yo no creo mucho en Dios, al menos no en él que todos profetizan. Sin embargo, tuve un dios lo más parecido a un humano, a mi lado. Era un dios con un cuerpo infinitamente lleno de imperfecciones y de las cuales, yo adoraba cada una de ellas con devoción. Mi dios me hablaba, me aconsejaba y me retaba, pero también me besaba y acariciaba, haciendo estremeser hasta el más íntimo lugar de mi cuerpo. Me volvía loca cuando el me tocaba.
Era mi peor pecado y a la vez mi salvación... luego, se transformo en mi perdición.