Respondanme una cosa: ¿Qué se hace con las lágrimas que quieren salir en algún lugar inapropiado? ¿Qué haces cuando tu memoria no deja de recordar hasta el más mínimo detalle de lo que tanto duele? Digánme ahora: ¿Por qué mis ojos se vuelcan a la realidad en el momento menos afortunado? Se ha vuelto lo cotidiano en mi contra y lo mío aún más.
Podría alguien en esté mundo decirme ¿Porqué no se es capaz de aceptar que alguien ya no volverá?
Mis ojos no se cansan, un oceáno dentro de ellos. Fui advertida: "la tormenta se avecina". Debería haber estado conciente, esto no saldría gratis, tanto dolor no puede quedar impune a las lágrimas. Y yo intenté ganarles, fallé.
Es que saben qué, el recuerdo del pasado, pesa mucho más que lo directo del presente y tanta palabreía de ánimo, fuerzas y suerte, se mezclan con otras de recuerdo, memoria y muerte.
Todo el entorno, todo mi entorno, evoca recuerdos de alguien. Mirarme al espejo y veerlo en mi rostro, en mis manos, entre mis piernas y mis labios.
Me dejó y ahora, ¿Qué hago yo con el amor que lleva su nombre, su recuerdo y sus suspiros, sus besos, su boca y su sonrisa?
Esto se termina, esto se acaba, lo sé, así debe ser, pero por hoy, mi dolor durará para siempre.