
Entregue mi corazón hace un tiempo atrás, y la verdad, aún no me lo han devuelto, aunque creo que él lo ha intentado de todas las formas posibles, soy yo quien no lo quiere aceptar de vuelta. Creanme, no es que yo quiera sentir lo que siento, es sencillamente que no lo puedo controlar. Es un poco de amor al recuerdo y una torpe y débil esperanza a un "podría ser...". Estoy dispuesta a aceptarlo de vuelta, solo si encuentro otras manos que lo cuiden por mí. Soy lo que soy, y mi corazón sigue estando en sus manos. Testaruda y masoquista, me hace más daño que alegría me dió, y lo acepto porque no tengo otro refugio para mi corazón.